Emociones

Emociones

Las lágrimas pesadas recorrían libres sus mejillas, al fin podían expresarse fuera de la jaula del corazón. Un corazón que quería demasiado, daba demasiado y solo pedía lo que pensaba merecer. ¿Tantas emociones eran posibles en su cabeza, bajo su piel, en sus pensamientos y emociones? No sabía cómo controlarlas o si podía si quiera, controlar todo tanto no le había dado los resultados que esperaba recibir… y solo cerró los ojos. Fuerte. Muy fuerte, tanto, que la presión dolía casi tanto como la punzada en el corazón que en el fondo nunca se había marchado.

Pensaba en todo lo luchado para llegar a donde estaba ahora. Los cambios, las peleas con ella misma, las pérdidas tan dolorosas que en el fondo no era capaz de olvidar… Pero eso solo conseguía más dolor que ni el duelo de hace años parecía haber controlado, solo escondido bajo una manta de apariencia. El mundo lleno de banalidades del que había huido, se centraba en no mirar a su alrededor, solo en necesidades finitas y no en lo que pudiera darle emociones duraderas y enriquecedoras.

La intimidad física solo era un desahogo, una explosión que aunque necesaria, no resolvía los problemas que causaban su estado. La soledad con la que creía llevar una relación más que saludable, parecía haberse vuelto contra ella. La sentía carcajeándose a sus espaldas como si hubiera esperado el peor momento para hacerla daño y dejar de ser volátil. Pensaba solo en lo que había perdido y no en lo que había ganado. El tiempo se había vuelto demasiado intenso, doloroso, interminable y aún así… apreciarlo como agua que se escapa entre los dedos. Agua desaprovechada que solo había dejado sed a su paso.

Frente a ella el reflejo que veía en el espejo no era ella. Esa mirada no era la suya. Había perdido la intensidad de sus ojos, quizá en otros que no le devolvían la respuesta que necesitaba. Emociones otra vez. Emociones que no tenía fuerzas para gestionar de la mejor manera posible… ¿Necesitaría más cambios? No. Quizá solo la atención de antes de querer mejorar su vida….

Las emociones cambiaban a cada minuto, a cada revés, cada sonrisa e incluso cada momento. Cada olor le recordaba que no era el verano o los planes, solo su cabeza quien debía adaptarse a tanto pensamiento atormentado.

¡ Bienvenidos !

¡ Bienvenidos !

No es el primer día, ni siquiera el primer post para mi blog, pero creo que es un buen momento para daros la bienvenida a todos, a los que ya me seguís y a los que solo pasáis por aquí.

Despertando emociones nace con el único objetivo que el del significado de su propio nombre. Un maravilloso viaje por nuestras emociones, esas que ya conocemos y las que aún, ni siquiera sabemos que guardamos en nuestro interior.

Os invito a que comencéis una nueva aventura fabulosa, extraordinaria y arrebatadora, que espero os enganche en cada una de sus temáticas, disfrutando de cada palabra, cada coma y cada sensación que os recorra durante vuestra lectura.

Bienvenidos a todos, espero que disfrutéis con el comienzo del largo camino que se presenta ante mí y deseo compartir con todos vosotros.